Agitada por desvelos
noctámbula por costumbre
la noche eleva plegarias
a la cumbre de tu almohada
las horas discurren, lentas,
el fuego de mi alma se apaga
una lágrima recorre
el camino sinuoso de entrada
y bailo en la noche con lunas
cortadas por cielos a rayas
y viajo al estrépito hondo
humo gris y bocanadas.
Noche empírea de la ausencia
-ojos grises, boca calma-
el amor viene colmado
de aguas fuertes y de heladas.
Y te busco entre mis sienes
y te hablo cuando callas
amor que hueles a lirio
te estrecho en mí tras mi cama
y mi almohada me advierte:
que es de noche, y que el Sol raya.
Camila Ossorio Domecq
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